Cuántas veces habremos oído aquello de que dos o más fotógraf@s no pueden estar juntos en la misma localización porque harían exactamente lo mismo. Los que hemos estado en esa situación, o incluso los que tenemos la suerte de tener una "pareja" fotográfica estable (y me refiero no solo a pareja sentimental, sino a un amigo o compañera con la que compartimos afición y salidas de forma habitual), sabemos que esto no es del todo así. Sí es cierto que en general, podremos hacer cosas parecidas con encuadres a veces similares, pero no es menos cierto que el resultado final de la serie de ese día será muy diferente, porque esas dos personas se preocuparán de buscar su singularidad, precisamente aquello que nos diferencia en alguna medida de otros trabajos ya hechos de una misma localización.
Hoy os traemos un ejemplo que ya fue publicado en la revista La Mirada de los Fotógrafos en el número 5. Si queréis podéis acceder al artículo individualizado o ver la revista entera: