Es desalentador reflexionar acerca de los motivos por los que muchos fotógrafos de naturaleza promovieron el nacimiento de una corriente conocida como fotografía y conservación o fotografía conservacionista. De hecho, esta corriente jamás hubiese tenido que aparecer ni tener la importancia que tiene en la actualidad. Tras décadas fotografiando la belleza natural, buscando los paisajes más bonitos y las especies más emblemáticas del planeta, algunos de nosotros reconocimos que no era suficiente. Descubrimos con pesadumbre que limitarse a mostrar esa belleza mientras a nuestro alrededor sucedían cosas era un acto terriblemente doloroso, cobarde e hipócrita.
Sin ser dramático y basándome en datos rigurosos, hemos perdido más biodiversidad y se han extinguido más especies en los últimos 150 años que en los milenios transcurridos desde que los homínidos evolucionaron hasta Homo sapiens. La sexta extinción masiva de especies ya está aquí -algunos estudios científicos sugieren que se trata de la séptima- y es la primera ocasionada por el ser humano. Posiblemente mis hijos (si queréis ser optimistas, mis nietos) no llegarán a tiempo de ver osos polares, orangutanes o rinocerontes en libertad. Se habrán extinguido antes.
La foto bonita no es suficiente
Por eso muchos fotógrafos decidimos renunciar (al menos en parte) a la belleza como esencia única para poner nuestros esfuerzos en contar historias, en dar visibilidad a esas especies en peligro de extinción o en relatar amenazas que ponen en riesgo nuestro patrimonio natural, como la deforestación, el tráfico de especies o el cambio climático. Ya lo dice la carismática primatóloga Jane Goodall: "El mayor peligro que nos depara el futuro es nuestra apatía".
No es descabellado afirmar que los fotógrafos que actualmente trabajamos en este ámbito provenimos más del naturalismo y de la ciencia que de las artes plásticas. Al menos yo me considero más naturalista que fotógrafo. E incluso más periodista que fotógrafo, porque aunque no tenga formación académica en periodismo (tampoco la tengo en fotografía) mi intención última es la de contar cosas, y no la de deslumbrar con belleza o expresar mis propias emociones.
Mantener la esencia de la realidad en nuestras fotografías
Por ese motivo y por la exigencia legítima del público de recibir información rigurosa, cualquier proceso que reste veracidad a nuestras fotografías deja de tener cabida en esta corriente. Las técnicas de manipulación o retoque digital pasan a ser exclusivas de la fotografía como medio de expresión personal o artística, pero no de la fotografía documental o periodística. De igual manera, la fotografía de fauna en cautividad es un engaño -la disfracemos como la disfracemos- si nos empeñamos en denominarla "fotografía de naturaleza". ¿Aceptaríamos una imagen de un conflicto bélico en la que el fotógrafo hubiese colocado a los diferentes protagonistas en un decorado, utilizando balas de fogueo y controlando la iluminación para obtener una imagen más bonita, impactante o perfecta?. Eso ya sucedió con fotografías tan míticas pero polémicas, como "Muerte de un miliciano" (Robert Kappa, 1936) o "Alzando la bandera de Iwo Jima" (Joe Rosenthal, 1945), por citar dos ejemplos.
Objetivo final: conseguir cambios reales
Antes he dicho que mi finalidad última era la de relatar historias y contar como las especies animales (también vegetales) están desapareciendo, pero no es del todo cierto. Mi intención no es la de informar de un modo neutro y distante, todo lo contrario. Mi implicación es evidente y el conjunto de mis acciones, intencionalidades y estrategias va destinado a conseguir una reacción del público que culmine en cambios reales. Es una tarea titánica, raramente exitosa, pero no podemos conformarnos con menos. Algunas fotografías lograron cambiar el mundo natural, como el reportaje sobre la antropóloga Dian Fossey y los gorilas de montaña que realizó para la revista National Geographic el fotógrafo Bob Campbell en 1970. Aquella historia impresa llamó la atención de millones de lectores y elevó la concepción que el público tenía de aquellos "grandes monos", elevando su nivel de conservación hasta convertirlos en símbolos y cambiando leyes para protegerlos. Hoy día, los gorilas de montaña son un patrimonio innegable (también económico, no podemos negarlo) para los países africanos en los que vive.
Iñaki Relanzón es fotoperiodista de naturaleza, autor de 7 libros y divulgador. Se ha especializado en especies en peligro de extinción y trabaja en proyectos de conservación a través de la fotografía. Es miembro de la ILCP (International League of Conservation Photographer) y está representado por la agencia Nature Picture Library.
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Mi gran admiración hacia Iñaki y su trabajo, bajo mi punto de vista y como fotógrafa amateur paisajista, creo que la lucha o el activismo hacia la defensa del planeta se puede realizar desde ambas vertientes. Lo más importante es que el mensaje llegue, no importa tanto si lo aplicas desde una visión más estética o plástica o por el contrario desde una visión más realista. Lo importante es que el mensaje llegue a las personas y concienciar sobre el drama que está ocurriendo en este planeta debido a nuestros actos. Cierto es que, desde una visión más fotoperiodística, dramática y real, la sociedad siente un golpe a sus emociones y despierta consciencia en este mundo tan banal y carente de sentimientos verídicos. Me viene a la cabeza a Kevin Carter y su trágica fotografía donde la sociedad despertó de una ceguera hasta ese momento voluntaria, pero tampoco olvido su trágico final debido a que el sufrimiento por vivir en primera persona ciertas imágenes llegó a colmar su estado de salud física y mental. Así que mi reflexión es que se puede desde ambas partes siempre y cuando el mensaje llegue.
Un Fotógrafo de naturaleza artista se inspira en ella, parte de ella para crear otros mundos, su mirada es subjetiva, no necesita conocer que fotografía ni para que, solo encontrar la belleza en ella y aumentarla.
La forma se impone al fondo en este caso.
No tengo dudas de la existencia de Fotógrafo naturalista y científico, ni de la existencia de Fotógrafo de naturaleza artista , si en cambio en cambio de conjugar las dos vertientes sin perder parte ellas.
Felicidades por las fotografías